SEMINARIO CLINICO ANUAL: SINTOMA Y PULSION: CLINICA ACTUAL
DE LAS NEUROSIS:
4° CLASE: FUNCION DEL DIAGNOSTICO Y
CLINICA DIFERENCIAL: NEUROSIS, PSICOSIS. SINTOMA Y NOMBRE DEL PADRE. LO
INCONSCIENTE Y LO INCLASIFICABLE:
Los días 28 y 29 de junio del corriente
año se llevó a cabo la cuarta clase del Seminario Clínico Anual: Síntoma y
Pulsión: Clínica actual de las Neurosis, del CID Corrientes - Chaco IOM 2,
en el Museo de Medios, sito en la ciudad de Resistencia, Chaco. La misma se
tituló “Función del diagnóstico y Clínica diferencial: Neurosis, Psicosis.
Síntoma y Nombre del Padre, lo inconsciente y lo inclasificable“, estando a
cargo del docente invitado Roberto Cueva, psicoanalista, miembro del IOM 2,
Buenos Aires, y acompañando por el Lic. Carlos Trujillo (psicólogo, residente
del Servicio de Salud Mental del Hospital “Dr. Julio C. Perrando“ y
participante de la ACID )
y el Lic. Diego Collantes (psicólogo, residente del Hospital de Salud Mental
“San Francisco de Asís“ y participante de la ACID ), quienes realizaron presentaciones de casos
clínicos abordados en el ámbito hospitalario.
El día viernes la actividad se inició
con la disertación de las perspectivas del concepto, presentadas por Roberto
Cueva, quien propuso realizar un repaso sobre el ABC de los términos entendidos
como básicos para luego tratar el mito del Nombre del Padre poniendo en
cuestión lo que desde el psicoanálisis se pone halla desfalleciendo, la clínica
diferencial. El docente evoca para ello la impresión que le ha generado el
Cristo en la Cruz ,
ubicado en la Catedral
de Resistencia que le da una impresión de un cuerpo que se desarma por producto
que un Cristo que ha tenido un Padre terrible, omnipotente, que ha devenido con
el peor de los destinos para su hijo. Cristo cae como resto del goce del Otro.
Para continuar el relato se cita el abordaje
de los Seminarios 3, 4, 5 del mismo Lacan, destacando que mientras el Manual
DSM propone trastornos o síndromes concentrándose en los hechos observables que
más tarde son categorizados, una clara práctica tan nominalista como
positivista, por el otro lado el Psicoanálisis mantendría una posición
diferente, más bien se ubicaría en las antípodas de esto. Citando el texto de
Miller, “El ruiseñor de Lacan“ ubica al diagnóstico como un arte, un
arte que sorprende, arte de juzgar un caso sin regla que implica elaborar un
caso a la dignidad de paradigma, tal como lo hizo Freud en el Hombre de las
Ratas. Es decir se puede dudar de todo menos de mis síntomas, esto es lo más
propio que tiene el Sujeto tiene que ver
con la castración con la falta. El modo del padecer su falta hace de la
castración un destino justamente.
S
(A) Estructura
Donde el Síntoma tiene un lugar y
cumple una función, es a partir del diagnostico, por tanto de la posición del
Sujeto en la Estructura ,
pero sin olvidar la singularidad. Lacan en una elaboración posterior designa
del Sinthome, va por el Goce más específicamente en la implicancia del Sujeto “Allí donde esta el Síntoma, El yo
Goza”. Se empieza hablar del Goce del Síntoma, hay una satisfacción pulsional.
El diagnostico no se lleva por una generalidad sino en lo Singular. A
diferencia de la Medicina
específicamente de la
Psiquiatría , donde no esta en juego la subjetividad del que
diagnostica, cuando alguien diagnostica está en juego el deseo del analista,
por tanto se debe concebir a las entrevistas preliminares como experiencia,
recuperando el valor de la experiencia en cuanto tal. En la clínica estructural
formalizamos a partir de la discontinuidad, una clínica discontinuista. Propone
arrancar por la noción de deseo, es por definición deseo del Inconsciente,
deseo no sabido.
Luego citando a Francoise Leguil, en
su texto “El lugar y el lazo“ recalca que
en los diagnósticos del DSM no está en juego la subjetividad del que
diagnostica y mucho menos, del diagnosticado; a diferencia de la clínica
psicoanalítica, en donde cuando alguien diagnostica, esta presente desde el principio
el deseo del analista; bajo efecto de la transferencia.
Continua con los tres tiempos del
Edipo, destacando la noción de desarrollo diacronía y sincrónico. En el primer
tiempo, el padre constituye un símbolo a situar en el deseo de la madre y es en
este punto donde se discrimina la neurosis, de la psicosis; ya que el deseo de
la madre no es anómico, en ella ya opera una ley que ordena su deseo. En el
segundo tiempo, el padre aparece como interventor que priva a la madre del niño
significado como falo materno, frustra y castra al niño, de este modo
reintroduce la falta en las dos dimensiones en que se presenta el falo, ser y
tener. Para ello, un padre no se sostiene desde un enunciado, sino desde la
enunciación. El Nombre del Padre es una dimensión que se encarna en algunas
personas que tienen autoridad. Cuando un analista interpreta, hay una puesta en
acto de su deseo, el cual desaloja al sujeto de su posición de falo imaginario,
acomodándolo en una ley, de castrado. El tercer tiempo consistiría en la
instauración del Ideal del yo, de un padre proveedor, el cual promete al sujeto
un tener. Destacando de este modo que la clínica de Lacan se organiza alrededor
de estos tres tiempos.
A esta altura de
la enseñanza de Lacan la dimensión de la incógnita, con lleva la pregunta por
el deseo del Otro ¿Como sabes cual es el deseo que vos habitas? Esta
articulación entre el deseo no sabido y el deseo del Otro es fundante en el
Sujeto del deseo Icc.
El día sábado se articularon los conceptos teóricos en la ética de la
presentación de los Casos que implican justamente un esfuerzo por la Singularidad.
Evelina San Martín